• Marúa Luján Duhart, luego de su salida del Hogar, habló de la falta de acompañamiento de la directora de la Tercera Edad, Sandra Barbetti – «Si se tomó mi renuncia, que también se tome la ella», dijo Duhart

En una carta difundida recientemente, la ex directora del Hogar San Luis expresó su satisfacción por haber concluido su labor en la institución, al tiempo que realizó duras críticas hacia la actual dirección y el manejo de los espacios destinados a la tercera edad, a cargo de Sandra Barbetti.

La trabajadora afirmó sentirse en paz con el trabajo realizado y valoró su capacidad para mantener la calma y la responsabilidad en medio de situaciones que consideró injustas o provocadoras. Sostuvo que, durante su gestión, debió insistir reiteradamente ante el Ejecutivo municipal para obtener soluciones, lo que —según indicó— evidenciaba fallas estructurales en la coordinación y en la toma de decisiones.

En su testimonio, la exfuncionaria cuestionó la falta de recursos, insumos y personal suficiente en el hogar, y denunció haber sido desvalorizada en su rol. También señaló a la dirección encabezada por Barbetti como responsable de la falta de respuestas y de una actitud que, a su entender, obstaculizó el correcto funcionamiento del establecimiento.

Además, destacó el compromiso que mantuvo con los adultos mayores bajo su cuidado, asegurando que muchas veces debió resolver por cuenta propia las necesidades diarias del lugar. “Los abuelos del Hogar San Luis —señaló— merecen la misma dedicación y respeto que cualquier otro grupo”, expresó.

Finalmente, consideró que su salida puede abrir una etapa de mejoras si efectivamente se concretan las promesas de la nueva gestión, como la instalación de cámaras, la provisión de insumos y el refuerzo del personal. “Si ahora se trabaja como siempre se debió trabajar, me alegra haberme ido”, concluyó.

Textualmente, en su red social de facebook, María Luján Duhart, señaló:

Facebook dice que Pienso? Y celebro que pueda pensar. Celebro mi estabilidad emocional. Celebro mi capacidad aún de comprender lo incomprensible. Celebro que una vez cerrada la puerta de mi casa, quedara tranquila con mi trabajo realizado. Celebro poder haber tenido la calma suficiente de no responder a un hecho de provocación innecesario. De parte de quién debió acompañarme. No hablo solo de ayer. Hablo del tiempo de mi gestión. Si siempre tuve que » molestar» al intendente para solucionar o tratar de solucionar temas, algo fallaba. Mientras había fotos de festejos bailando, a mí me tocaba bailar con la mas fea. Hoy me siento libre de expresar que la tercera edad merece una dirección de verdad. Que cuando uno/a es encargada de un lugar donde estén residentes mayores, las respuestas no sean vacias y olvidadas. No sé puede estar en tantos lugares si no sabes resolver uno. No sé puede querer tener festejo de ver salir a alguien de su función , cuando vos también fuiste responsable. Celebro que se investigue y tal vez un único reproche para mí, es no haber renunciado por falta de respuesta de la direccion de Barbetti. Quizás porque lo que no dependía de esta persona a mi me salia bien. Si hay culpas las discuto, si hay responsabilidades lo justo es que todos nos hagamos cargo de lo que nos toca. Si Ayer prometió que ahora sí iba a haber respuestas, entonces era conmigo?. Ahora sí se va a ocupar de colocar cámaras , que yo pedí desde el día 1. Ahora sí va a haber suficientes insumos? Ahora sí se va a trabajar con el personal que la institución exige? .Si es así … Celebro que yo esté fuera. Porque ya no hay excusas para que las cosas se hagan como debieron hacerse.
Podría relatar de memoria lo que se necesita diariamente para el día a día . Saben por qué? Porque todos los días tenía que pensar que me faltaba para que todo saliera medianamente bien, y si no salir a comprarlo yo. Y encima ser «ninguneada» por esta persona. Yo no tendré títulos que avalen, yo llegue por ser militante, ella no se . Nunca fue militante y la capacidad habría que re-veer. Y lo que nunca voy a perdonar de Barbetti es que con mi marido internado en Buenos Aires, me exigía estar en mi lugar de trabajo, me presionaba diciendo que tenía que decidir con su clásico y falso «querida». Hasta ayer se atrevió a provocar una situación que me tuve que controlar para salir serena. Si se tomó mi renuncia que tomen la de ella que es la que siempre impidió que se trabajará como debía.
Los abuelos del Hogar San Luis no tocan cornetas, pero merecen la misma dedicación.
Y también todos los hogares de la tercera edad son su responsabilidad.