En una jornada de alta tensión política y administrativa, se confirmó lo que era un secreto a voces en los pasillos municipales: el ciclo de Gisela Vega al frente del área de Zoonosis ha llegado a su fin. Según fuentes oficiales, Vega será desplazada de su cargo y transferida al sector de Producción, una decisión que busca descomprimir una oficina que en los últimos meses se convirtió en un foco de conflictos constantes.

El detonante final ocurrió en las últimas horas con el desplazamiento de Marcela Illescas, quien se desempeñaba como Coordinadora de Castraciones. La salida de Illescas no fue casual; trascendió que la relación con Vega se había vuelto insostenible tras una serie de fuertes cruces personales y operativos que paralizaron la dinámica de trabajo.

La gestión de Vega se retira asediada por dos frentes críticos: Agrupaciones animalistas venían denunciando sistemáticamente fallas en la atención, falta de insumos y una desconexión total con las necesidades de la fauna urbana. Puertas adentro, la relación de la funcionaria con sus subordinados estaba quebrada. Las quejas por el trato del personal y la desorganización administrativa eran moneda corriente.

Más allá de los nombres propios, el cambio de mando trae consigo una modificación estructural que ya genera preocupación en los barrios periféricos. Según se informó, la sede de Zoonosis quedaría establecida exclusivamente como un punto fijo de castración.

Con el traspaso de Vega a Producción, el Ejecutivo busca cerrar un capítulo de constantes polémicas, aunque queda pendiente la incógnita de quién asumirá el desafío de normalizar un área sensible.

Gentileza: Bragado Informa