A horas de finalizar su período como concejal en el Honorable Concejo Deliberante de Bragado, Guillermina Lhospice deja atrás ocho años de intensa actividad legislativa marcada por debates ambientales, cuestionamientos a gestiones anteriores y un fuerte interés por mejorar la calidad de vida de los vecinos. Su segundo mandato, iniciado en 2021, se caracterizó por una presencia firme en las comisiones y un rol definido dentro del espacio político que integra.

Una voz activa en Calidad de Vida

Desde la Comisión de Calidad de Vida —una de las más sensibles del Concejo— Lhospice impulsó proyectos y discusiones orientadas al cuidado ambiental. Su iniciativa más destacada fue la propuesta de crear un vivero municipal, con el objetivo de producir árboles y plantas para plazas, escuelas y espacios urbanos. Consideraba al arbolado como una deuda histórica de la ciudad y reclamó en numerosas sesiones el reemplazo de ejemplares retirados y la recuperación de zonas verdes.

Además, mantuvo una postura crítica sobre el funcionamiento del área de Medio Ambiente municipal durante la gestión anterior, señalando falta de mantenimiento, escasa planificación y respuestas tardías ante reclamos vecinales.

Debate político y cambios de escenario

El cambio de gobierno en diciembre de 2023 también modificó su dinámica legislativa. Lhospice pasó de la oposición a formar parte del oficialismo, posición desde la cual manifestó sentirse en mejores condiciones para “solucionar los problemas de los vecinos” al tener mayor acompañamiento del Ejecutivo.

Durante 2024 y 2025 respaldó proyectos de inversión municipal, especialmente en materia de obra pública, mantenimiento de caminos rurales y fortalecimiento de servicios locales. También fue una de las voces que apuntó contra la gestión anterior, acusándola de dejar “una ciudad muy sucia y abandonada”, una frase que resonó en los medios locales y marcó su perfil discursivo.

Un mandato atravesado por la agenda ambiental

La huella que deja en el Concejo está fuertemente vinculada al medio ambiente, el urbanismo y la calidad de vida. Su insistencia en planificar una ciudad con más árboles, mejor mantenimiento barrial y espacios públicos cuidados le valió reconocimiento entre algunos sectores vecinales, aunque también protagonizó discusiones políticas intensas que marcaron su participación.

A medida que se aproxima el final de su mandato, el balance muestra a una concejal activa, con convicciones claras y un estilo directo, cuyo paso por el HCD dejó proyectos, debates y definiciones que seguirán presentes en la agenda local.