Noventa años grabados en bronce y memoria viva
La tarde tenía esa luz suave que vuelve todo un poco más significativo. Quizás por eso, o porque noventa años no se cumplen todos los días, la comunidad de la Escuela de Comercio se reunió con una mezcla de orgullo y nostalgia. No era un acto más: era abrir una ventana al pasado mientras se afirmaban los pasos hacia el futuro.

Entre docentes, estudiantes, ex alumnos y familias enteras que comparten este mismo techo educativo desde hace generaciones, se vivió el descubrimiento de una placa que no solo festeja un aniversario: celebra una historia que sigue creciendo.
Cuando la Escuela Habla
La profesora Patricia Barrios, directora de la institución, fue quien dio inicio al encuentro. Con la voz cargada de emoción, describió a la escuela como un faro. No un edificio estático, sino una luz constante que durante noventa años ha acompañado a los jóvenes en el camino del conocimiento y la ética.
Habló de pasillos que guardan risas, nervios de primeros días, amistades que se hicieron eternas y sueños que, con el tiempo, se cumplieron.
El Pulso de los Recuerdos
Más tarde llegó un momento íntimo, casi de hogar. Tras un repaso histórico elaborado por la docente María Ester Rodríguez, tomó la palabra Mercedes Puricelli. Ex alumna, docente y testigo privilegiada de tantas etapas, habló desde un lugar donde solo se habla con la verdad: la emoción.
“Comercio es mi segunda casa”, dijo, y todo se volvió silencio atento. Sus recuerdos mezclaron anécdotas de estudiante, enseñanzas de quienes fueron sus profesores y vivencias del otro lado del escritorio, como docente. Sus palabras fueron un puente: un hilo que unió décadas y generaciones sin esfuerzo.

Voces que Sostienen una Vida Entera
En otro momento especialmente significativo, se reconoció a dos mujeres que representan la profundidad del legado de la institución.
Susana Ventura, con sus 54 años de servicio como preceptora, es prácticamente parte del aire mismo de la escuela. Su nombre se pronunció con respeto y cariño, como quien nombra a un pilar que sostuvo la vida estudiantil durante más de medio siglo.
Y luego, como un tesoro viviente, la presencia de Odina Gancia, egresada de 97 años, recordó que la historia del Comercio no está escrita en libros: está escrita en personas. Ella une los inicios del establecimiento con la actualidad. Que estuviera allí fue, por sí mismo, un regalo.
Un Gesto para el Futuro
El descubrimiento de la placa fue el cierre simbólico del acto. Morena Cabrera, estudiante de la Promo 2025, y Miguel Bottino, egresado de la Promo 1961, fueron quienes la develaron. Futuro y pasado, uno al lado del otro, sosteniendo una misma historia.
La inscripción, grabada en bronce, dice:
LA COMUNIDAD EDUCATIVA DE LA EES N°3 – “EX COMERCIO”
EN RECONOCIMIENTO A SUS 90 AÑOS – 1935–2025
Y aunque es solo una placa, allí quedó grabado algo más profundo: la certeza de que la escuela es un territorio que se construye entre todos, día a día, y que seguirá dejando huellas mientras haya jóvenes que caminen sus pasillos y adultos que los acompañen.





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