Por Carlos Rey: Presidente de la Asociación de Jueces Municipales de Faltas de la provincia de Buenos Aires

Hemos recibido una nota firmada por el doctor Carlos Rey, presidente de la Asociación de Jueces Municipales de Faltas de la provincia de Buenos Aires.

La nota tiene relación al debate que hoy hay en Bragado sobre la continuidad o no de la actual Jueza de Faltas de Bragado, doctora Victoria Maffassanti

 Entre otros conceptos, la nota expresa: «Se afirma en algunas ocasiones que la Argentina tiene una democracia joven, como argumento que pretende disculpar los errores que cometen quienes tienen responsabilidad de gobierno.

 «Sería bueno recordar que muchos de nuestros ancestros, que conformaron el crisol de razas, para recurrir a otro lugar común, cruzaban los océanos  a edades muy inferiores a los veinte años y con sus aciertos y dificultades constituían familias, empresas y países y no se amparaban en supuestas  faltas de experiencia.

 «Lo que sí tenían y pareciera que entre nosotros no abunda, era un claro sentido de la responsabilidad y de sus propios límites que se sumaba a un respeto y acatamiento a las leyes del lugar donde llegaban a instalarse.

 «No ocurre lo mismo con algunos de los funcionarios que a partir del 10 de diciembre ocuparán funciones de responsabilidad en departamentos ejecutivos municipales de la provincia de Buenos Aires, quienes padecen aparentemente el síndrome del título.

 «En efecto, ya hace casi 20 años que vengo observando como rigurosamente, cada cuatro años se padece esta enfermedad .

¡Que síntomas tiene? Se preguntarán los que ignoran su existencia.

 «Pues bien. Consiste en una sensación de suma del poder público, que lleva a desconocer abiertamente la legislación a sentirse con un grado de omnipotencia en el cual la representatividad obtenida parece que puede avasallar todo concepto elaborado previamente y que no sea del gusto  del nuevo mandatario electo.

 «Y en el caso particular de la relación intendentes-jueces municipales, a querer nombrar, casi junto con su asunción , a un nuevo juez de faltas que le sea afín y a despedir , como de lugar, al juez municipal preexistente.

 «En las sociedades arcaicas, si bien no existían con tal título los intendentes y jueces municipales, seguramente existirían tales funciones y lo más probable es que el modo de comportamiento fuese el que ahora desean nuestros noveles funcionarios.

«Lamentablemente, para ellos, desde hace ya mucho tiempo y en nuestro país también, aunque no lo quieran creer, existen dispositivos que llamamos leyes, que regulan ciertas conductas determinando derechos y obligaciones.

 «En el caso particular de la relación Jueces Municipales- Intendentes, también existe una ley que establece un marco al cual ajustarse.

«Para aquellos intendentes electos que aún no lo han hecho, sería bueno recordarles que la ley 8751/77 de la provincia de Buenos Aires, está vigente y es recomendable su lectura, particularmente en la parte que establece que la estabilidad de los jueces de faltas dependerá de su buena conducta y no del partido político que gobernaba cuando se los designó.

«Quizás, en la medida que maduren nuestros dirigentes y se acostumbren a que las leyes están para ser cumplidas y en su caso si no les son satisfactorias existen mecanismos institucionales para que se las cambie, entonces quizás también nuestra democracia deje de ser joven, y alcance una madurez que no da la edad, sino el comportarse responsablemente.

«Quizás entonces también dejemos de padecer el síndrome del juez preexistente y avancemos en la dirección de la salud mental que tanto necesitamos…».

En este sentido, la Jueza de Faltas de la Municipalidad de Bragado, hace un pedido a la Asociación de Abogados de Bragado y Alberti que «dejen de mencionar mi nombre injustificadamente en sus notas y que en cambio pongan mayor empeño en la representación de los letrados».