Por: Gonzalo Ciparelli

Tiempos, la razón por la que quizás nunca pude escribir sobre el tiempo, es porque creo entender que no existe solo uno, sino dos.

Tiempos, nos dice Gonzalo que no hay uno solo sino dos, el tiempo mental y el tiempo reloj, lee su opinión
Gonzalo Ciparelli

El tiempo mental y el tiempo reloj, este último inventado por el ser humano para dar referencia de algo, claro está.

En ocasiones estos dos tiempos están desencontrados y puede llegar a generar cierto desgaste mental.

Sin embargo, cuando ambos tiempos coinciden en el presente, se logra un estado de bienestar y equilibrio.

Claramente, el tiempo más difícil de entender es el mental, porque muchas veces es independiente de nosotros.

Nuestra mente de manera esporádica nos puede presentar algún recuerdo que hayamos vivido, o algún miedo anticipándonos a un supuesto futuro incierto.

En el caso del primero, si el recuerdo nos causa algo de pena o angustia, debemos entender que requerimos de más tiempo mental que de tiempo reloj; y no creo en la frase que el tiempo todo lo cura.

Solo basta con viajar en nuestra mente a un recuerdo que nos genere lo antes mencionado, pena o angustia, y entender que en algún punto ese recuerdo aún nos abruma, por lo tanto está latente y se manifiesta.

Hay personas que no logran superar la partida de un ser querido, de un amor, o simplemente algún trauma o mandato establecido en la infancia.

Existe referencia de tiempo en el que un duelo concluye, pero esto es propio de cada ser humano, y por este motivo no importa el tiempo reloj, sino el tiempo mental.

Claramente existen duelos inconscientes que aún no superamos o que nunca vamos a indagar en ellos, pero que suelen presentarse espontáneamente, solo hay que estar dispuesto a profundizar.

En el caso del segundo, del miedo a algún futuro incierto o una preocupación, nuestra mente nos puede presentar todas las alternativas a ese futuro, y este tiempo mental se anticipa a lo que puede suceder.

Es cierto, quizás estas personas están más preparadas mentalmente para un miedo futuro, pero también anticiparse a algo que no se sabe realmente si va a ocurrir o no.

Demanda mucho desgaste y energía mental, que tranquilamente la podemos utilizar para algo realmente productivo.

El tiempo mental y el tiempo reloj entonces no siempre coinciden, pero hay que buscar diariamente un acercamiento al equilibrio para lograr el bienestar pleno…

En lo que sí importa siempre, el presente y que mejor manera que realizando aquellas acciones que de solo pensarlas, y no dudarlas, nos dan satisfacción y placer por anticipado.